Hemos de ser conscientes de las presiones y riesgos a los que estamos sometiendo a los océanos y mares, como resultado del incremento de la población humana y de su progresivo desplazamiento a las costas. El asentamiento en las poblaciones costeras de esta continua migración, conlleva el desarrollo de nuevas infraestructuras en el litoral, así como el aumento del consumismo que acarrea un considerable incremento de los residuos no degradables que suelen acabar en el océano. No son de importancia menor los efectos del desarrollo industrial que impulsa la exploración y explotación de recursos naturales, el tráfico marítimo, las infraestructuras portuarias, etc. El futuro del Planeta y de la salud de sus habitantes depende de que consigamos disponer de un océano sano y sostenible en un corto plazo de tiempo y entendamos que es un “bien común de la humanidad”, sin olvidar que la Tierra que hemos recibido pertenece también a los que vendrán. Es por ello que las instancias supranacionales invocan un acuerdo común para la gobernanza de un océano saludable. Ya se ha señalado en diversas ocasiones que no existe una autoridad internacional de alcance global y con un mandato suficientemente respaldado que gobierne los asuntos del océano. Es bien cierto que, si cada uno de nosotros actuara con mayor responsabilidad en nuestra vida cotidiana, podríamos avanzar mucho más en la conservación del océano que ansiamos para alcanzar los objetivos de One Health, pues no se puede entender la salud humana sino es en el contexto de la salud ambiental. Continúa leyendo BLUE HEALTH: EN BUSCA DE UN OCÉANO SALUDABLE.