CACHITOS DESCONFINADOS

¿Hay vida después del confinamiento? Comienza hoy una serie de entradas que bajo el título “CACHITOS DESCONFINADOS” ha escrito el académico Federico Soriguer. Las entregas de las que consta esta serie se publicarán en éste Blog de la Academia Malagueña de Ciencias, los domingos y los miércoles de las próximas semanas. A lo largo de ellos el autor irá desgranando, unas veces con humor e ironía y otras con punzante acidez, pero siempre de manera desordenada, la vida cotidiana de un desconfinado.

 

Federico J.-Soriguer Escofet
Academia Malagueña de Ciencias

1

Claves para seguir leyendo:
1a. Soy consciente de que el titulo de esta nueva entrada en el Blog de la AMC, es poco serio. Yo jamás leería un texto que llevara un título como este (remedando a Marx, ya saben).
1b. Desde Friburgo, Ana Díez de Aritzakera escribe en un diario de tirada nacional: “En tiempo de crisis los inteligentes buscan soluciones, los idiotas culpables”. Por supuesto, el autor pertenece al primer grupo (sic). Pero, por si acaso y para no defraudarles… y…
1c. En las líneas que siguen no encontrarán ni soluciones ni culpables, sino todo lo contrario. Solo aspiro a no aumentar el ruido.

2

El profesor Husserl ha suspendido sus clases hasta que tenga claro lo que tiene que decir”. Esta nota apareció un día colgada en la puerta de la clase del profesor Edmund Husserl. Siempre he intentado aplicar este sabio consejo al comienzo de cualquier empeño, pero por alguna extraña razón no suelo hacerle caso nunca.

3

Salvo las personas con TOC (recuerden a TOC, TOC), los demás acostumbramos a cambiar de conversación. Entrar y salir en el confinamiento cambiando de conversación, es lo que pretenden estos “cachitos”. Como la vida misma.

4

Siempre hemos sabido que la salud es una etapa transitoria que no presagia nada bueno. Ser escrupuloso era, hasta ayer mismo, de mala educación. Ahora, por imperativo legal, es la moda. Me miro al espejo y mis ganas de desconfinamiento menguan.

5

Pijo, persona que quiere distinguirse de los otros. Hay pijos ricos y pijos pobres. Los pijos ricos se manifiestan pidiendo libertad. ¿Libertad para qué? Una pregunta prohibida, por culpa de Lenin que en mala hora se la hizo, desprestigiándola para siempre. Lo pijos pobres hacen colas en los comedores de caridad. Pijos ricos, pijos pobres. Dos términos de una ecuación irresoluble. Los pijos ricos tienen prisa. Los pijos pobres, esperan. ¿Hasta cuándo soportarán los pijos pobres a los pijos ricos?

6

El último día del confinamiento, un brillante académico, fumador y vitalista empedernido, se cae por las escaleras y se parte algún hueso. Muy a su pesar, comienza hoy de nuevo un obligado confinamiento. “Ya te dije que el tabaco mata”, le escribo. Me contesta con un icono que no puedo reproducir.

7

En el whatsapp familiar dos sobrinos se enzarzan en una discusión política interminable. Un tercero les manda un video con el tango de Carlos Gardel: “Silencio”. (Silencio en la noche/Ya todo está en calma/El músculo duerme/La ambición descansa…), ya saben como sigue. Los sobrinos al menos por esta noche dejan de buscar culpables y se callan.

8

En pleno confinamiento mi hija que vive en Madrid deja el trabajo pues no aguanta el estilo de sus jefes. Sin pensarlo dos veces ha ido a la perrera y acogido a un perro. Por teléfono le pregunto, preocupado por ambas cosas. Su respuesta: “entre mi jefe y el perro, prefiero el perro”. Mi hija no sabe que algo parecido ya lo dijo Lord Bayron, aristócrata y libertino, aunque otros se remontan a Diógenes ese personaje solitario, andrajoso y pobre, que iba siempre acompañado de un perro flaco con el que convivía en una tinaja. Diógenes no escribió ni una palabra en su vida ni le hizo falta para que supiéramos la opinión que tenia de los jefes y los perros. Afortunadamente mi hija ha encontrado otro trabajo y otro jefe.

9

La última es coleccionar videos de la extrema derecha. Están por todas partes. Es un arte al que los frikis han llegado a la perfección. La izquierda intenta emularlos, pero sus productos no tienen ni comparación. Mientras, el país se desmorona.

10

¿Me reconocerá mi nieto cuando acabe el confinamiento? Hoy me manda por whatsapp un mensaje de voz en el que, con acento koska-paleño, me dice: “pero abuelo ¿cómo no te voy a dar un abrazo cuando te vea, es que estas tonto o qué?”. Sí, el abuelo está un poco tonto.

11

En una placa de acero, un nombre en cada tronco. Con el paso de los años a medida que crece el árbol va engullendo la placa. Hoy hemos decidido añadirle un poema a cada nombre para que los acompañe en ese viaje al centro del Universo.

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“Entre mi jefe y el perro, prefiero el perro

*Publicado el domingo 24/05/2020

 

2ª PARTE

12

Mientras las panaderías estén abiertas bajo las bombas, la civilización universal estará a salvo”, escribió Manuel Vicent. Proteo está cerrado pero,  por teléfono un mensajero me envía el libro que quería. También la panadería está abierta. La vida sigue menos para los muertos. Demasiados muertos.

13

El virus lo único que ha hecho es acelerar el futuro, dicen los que saben del futuro. Un futuro virtual. Pues me alegro por mis nietos. Yo, mientras tanto, me dedicaré a disfrutar del presente.

 14

Hace 7 años que me jubilé. Anoche abrí una preciosa botella de cerámica con vino de los montes  que me había regalado un paciente. De la botella salió un genio. Nos saludamos y sin mediar palabra se sentó a mi lado. Brindamos por el presente. Después salió por la puerta,  sigiloso. Ni las golondrinas que crían a la entrada de mi casa se han enterado.  He debido  soñarlo.

15

A Juan Madrid el escritor malagueño de novela negra le dieron el premio anual del Diario Sur. En su discurso de agradecimiento contó  que su infancia era el recuerdo de un viaje a Madrid,  en un tren de tercera, con un bocadillo de tortilla envuelta en un periódico SUR y un botellín de cerveza Victoria. Ya no hay trenes de tercera. Tampoco mascarillas. Hemos progresado bastante.

16

Mis amigos de Nereo me pasan un video en el que entrevistan a Antonio Escohotado,  “El capitalismo tiene mala prensa pero el comunismo no”, dice. Insiste: “¿A que nadie les ha contado que murieron 30 millones de personas de hambre en la antigua URSS?” Pues sí don Antonio, que sí nos lo han contado.  ¡Muuuchas veces!  Al parecer en el franquismo no le enseñaron a mi admirado Escohotado suficiente anticomunismo. Acaba de descubrirlo él solo, dice. Debió ser el único que no se enteró.  Se ve que no leyó el ABC de la época ni asistió a las clases de FEN. Un ejemplo de cómo Alexander Solzhenitsyn  y Lysensko,  quedan suplantados  por la vanidad de un sabio. Un mal ejemplo ante tanta incertidumbre.

17

Una señora con 99 años sale de la UVI. Ha sobrevivido al Covid-19 y una hilera de médicos y enfermeras la aplauden. También a través del telediario miles de ciudadanos, lo hacemos. Malditos PIGS.

18

En 1815 hubo una erupción del volcán Tambora, en Indonesia, y al año siguiente en el hemisferio norte nevó en verano. La gente se tuvo que encerrar y Lord Byron se juntó con otros escritores en el lago de Ginebra: de allí sale la historia de Frankenstein. Mientras, en Alemania tienen  que comerse los caballos porque la gente se muere de hambre y un señor se inventa un palo con dos ruedas. Lo llamaron bicicleta. De situaciones así  algo bueno habrá que sacar, dice  Héctor Abad Faciolince, hablando del coronavirus.  Dios te oiga, aunque la bicicleta ya esta inventada.

19

Los del barrio de Salamanca, se reúnen por la noche y con música de cacerolas, gritan ¡libertad!, ¡libertad! Warren Buffet preguntado si creía en la lucha de clases, contestó: “claro, la hemos ganado nosotros”. Los del barrio de Salamanca no se han enterado todavía.  Habrá que preguntarle a Manuel Longares que  conoce bien el cogollito.

20

En la red un médico indignado cree que el gobierno oculta las muertes del coronavirus. No más aplausos a los médicos dice. A continuación se lanza en una minuciosa (y morbosa) descripción clínica del sufrimiento de una persona intubada. No deja detalle sin precisar,  por escatológico que sea. ¡Para que nos enteremos de la realidad!, dice. Querido colega, me has impresionado. Has conseguido meternos a todos el miedo en el cuerpo. Me recuerda el ¡Viva la muerte! de tan triste recuerdo. También a las calaveras de las cajetillas de tabaco. Me acuerdo de un verso de las cuatro estaciones de T.S. Elliot: “El hombre no puede resistir demasiada realidad”.

21

Los virus llevan aquí millones de años. Probablemente desde casi el comienzo de la vida hace cuatro billones de años (4100–4200 millones de años). Mutan mucho pero no cambian. Los cocodrilos aparecieron en la Tierra al mismo tiempo que los dinosaurios y les sobrevivieron. Ni mutan ni cambian. Nosotros llevamos aquí un solo minuto, el ultimo del tiempo geológico. Mutamos poco y cambiamos mucho. El problema parece que es el  cambio. Esta manía tan humana.

22

Espero que la “nueva normalidad” no sea tan nueva. Cada vez que se ha querido crear un “hombre nuevo” la naturaleza se ha llenado de fosas comunes.

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Mientras las panaderías estén abiertas bajo las bombas, la civilización universal estará a salvo

*Publicado el miércoles 27/05/2020

3ª PARTE

23

Hay gente que cree en Dios y otras que no, pero para la Covid-19 esto es una cuestión irrelevante. ¿La Covid-19 es también parte de la Creación? No, la Covid-19, dice Trump y dice también Luc Montagnier,  es un invento chino. Ninguno de los dos es capaz de captar la ironía, al menos en castellano, de esta última frase.

24

Le pregunto a un amigo, ¿cómo estás? “Confitado” me contesta. ¿Querrás decir confinado? “No, no, quiero decir confitado”. Miro en el diccionario de la RAE y significa lo que significa. Mi amigo estaba muy seguro. Hasta donde yo sé antes de la Covid-19 mi amigo no tomaba estupefacientes.

25

En mi casa tengo comederos para los pájaros y nidos para que críen. Un gato rubio con un hermoso lacito al cuello, al acecho,  merodea por  el jardín. ¿Los pájaros silvestres a los que mimo o el minino del vecino? ¿Es ético, me pregunto muy seriamente,  que me tome la justicia por mi mano?  Espero no tener que llegar al tribunal europeo de derechos humanos (o animales).

26

¿Podrían estas páginas ser consideradas como escritura minimalista? Consulto en Internet. Escribo: “Escuela de escritura. Estilo minimalista”. Se abre una pestaña con este título. Voy por la quinta  página y varios anuncios intercalados y  el escritor-profesor sigue explicando qué cosa es la escritura minimalista. Sin  pensarlo dos veces doy a delete.

27

La separación de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial, cuya teorización se atribuye a Montesquieu, es -sin ningún género de dudas- el invento más importante del hombre. Más importante aún que la revolución coperniquiana o que el hallazgo de la estructura helicoidal del ADN. Los gestores de este gran invento son los políticos. Periódicamente a algunos se les olvida y entonces los ciudadanos tenemos la obligación de recordárselo.

28

Imaginen que tiramos al aire todas las letras del abecedario y que conseguimos que se depositen componiendo la palabra hombre. Así de improbables somos. Acongojante.

29

Recibo un video en donde un musicólogo parece demostrar que el himno de España, ese que conmueve a la extrema derecha y que tanto desprecia la extrema izquierda, tiene su origen en una canción popular andalusí. En el video  toca primero una orquesta árabe y luego una banda militar. Las coincidencias son asombrosas. Si no fuera verdad merecería serlo. Solo por ver las caras de los Hunos y de los Hotros.

30

Padre me acusó de haber estornudado tres veces en público”. Hijo mío, no te atormentes, tómate tres paracetamoles diarios, uno por cada estornudo, y que no vuelva a ocurrir. ¡Qué sería de los seres humanos sin la culpa!

31

Con perplejidad veo estos días en el Parlamento y en las televisiones,  a nuestros políticos echarse los muertos a la cara. Cuánta palabrería. Cuánto insulto. Con miedo veo a algunos ciudadanos echándose los muertos en la cara. Entonces bajo las persianas y por las rendijas a las nueve de la noche oigo el rugido de la marabunta.

32

No sois enemigos, sois solo contrincantes con fecha de caducidad. ¡Estúpidos!

33

En las tribus salvajes del Amazonas, mantenían con vida a los prisioneros mientras eran capaces de contar una historia. Lo mismo que Scheherazade. Cuánta sabiduría. En las tribus urbanas de Occidente mandamos callar a los niños, a los viejos y a los ignorantes. Cuánta infamia. Olvidamos que entre nosotros el verbo es la vida hecha carne y que la ignorancia no es un absoluto sino una cuestión de grado. En el Parlamento debería ser obligatoria la lectura de las “Mil y una Noche”. Durante la pandemia mucha gente ha sobrevivido oyendo historias. No deberíamos olvidarlo.

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«Con perplejidad veo estos días en el Parlamento y en las televisiones,  a nuestros políticos echarse los muertos a la cara».

Publicado el domingo 31 de mayo de 2020

4ª PARTE

34

Leo en el periódico que el Ayuntamiento acaba de aprobar la construcción de un gran planetario en Málaga y que el académico Alberto J. Castro Tirado ha tenido mucho que ver en ello. Es una gran noticia para Málaga y para la Academia. Querido Alberto, acuérdate de Thales y no dejes de mirar de reojo al suelo. Ya sabes lo que le paso a tu colega hace  más de 2.500 años. Lo mejor de la historia la sonrisa de la muchacha tracia.

35

En el chat de mi promoción, como es natural, todos tenemos la misma edad. La mayoría de los que intervienen están convencidos de que el fin del mundo está cerca y que la culpa la tiene este gobierno social-comunista. Los miro y no los reconozco. Los leo y lo que dicen me perturba. Reproducen compulsivamente las fake news, sin reparar si son o no verdad. ¿Por qué sigo pues en el chat? Por respeto. Por curiosidad. Hace 56 años cuando comenzamos la carrera en Sevilla, yo era uno de ellos. ¿Y ahora, qué es lo que somos ahora?

36

Somos el tiempo que nos queda (Caballero Bonald). Sólo cuando uno ha dejado de ser podría saberse ya quien ha sido (Ayala).Vivir con dignidad: una condición para envejecer con dignidad (Cicerón). Morir sin prisas (San Bruno. La Cartuja). Para qué seguir. Mañana mismo me desconfino. Sí o sí. Y que sea lo que Dios quiera.

37

Es lunes, primer día del desconfinamiento en Málaga. Afuera una primavera exultante. Mi hija Lucía desde Madrid me pregunta: ¿Has ido hoy a tomar café al Flor? No tengo ninguna gana de incorporarme a la nueva anormalidad.  Le contesto.

38

Los epidemiólogos predijeron la evolución de la pandemia. Los matemáticos ajustaron la predicción a una función matemática. A una curva. Los salubristas recomendaron unas medidas. Ahora que estamos ya casi desconfinados podemos decir que la predicción se ha cumplido con un alto grado de confianza (matemática). Así funciona la ciencia. Mientras tanto los profetas del apocalipsis siguen a lo suyo.

39

Darwin ya no es un problema para los creyentes. La creencia es tan plástica como la increencia. Hace, entre 6 y 8 millones de años, los homínidos nos separamos de los grandes simios. Desde entonces el azar y la necesidad nos han traído hasta aquí. ¿En qué momento de la evolución decidió Dios que los  homínidos tendrían alma? La pelota está ahora en el tejado de los creyentes. No creo que haya habido mucha gente durante el confinamiento que haya estado pensando sobre esto. El tema es más propicio a una charla de café. ¡Cómo las echo de menos!

40

Los seres humanos somos un experimento de caso único. Todo lo que hacemos, decimos o pensamos es irreversible. Acojona un poco, ¿verdad? “Era un hombre honesto que ha muerto fiel a sus principios hasta el último minuto”. La honestidad es una virtud, pero la fidelidad a los principios no es ningún mérito, sobre todo si están equivocados.

41

En las sociedades democráticas los extremistas cumplen una función higiénica: sacar de sus casillas a los moderados. El problema comienza cuando los extremistas consiguen el poder. Pobres moderados, entonces. Por eso el trabajo de los moderados es intentar que los extremistas nunca lo consigan. La democracia es incompatible con el gobierno de los extremos.

42

Científicos de la NASA creen haber encontrado unas extrañas radiaciones que salen del hielo antártico, lo que apoyaría, según ellos, la teoría de Stephen Hawking sobre la existencia de multiuniversos o universos paralelos. Incapaz de escribir ni una sola palabra más sobre este enigmático asunto solo se me ocurre pensar, por homología, en ese universo paralelo donde habitan la mayoría de los políticos de este país.

43

Siempre hubo guerras. La guerra está en la condición humana, dicen. Desde la segunda guerra mundial entre ningún estado democrático ha habido una guerra. Es una situación antinatural. Una nueva ley (humana) tan frágil que puede romperse en cuanto desaparezca la democracia.

44

Hay gente mala y buena a tiempo completo. Y las hay a tiempo parcial. Después de esta profunda clasificación taxonómica de los humanos termino extenuado. Me acuerdo de una conversación apócrifa entre Cajal y Unamuno en un bar: “Don Santiago, ¿Ud cree en Dios?”, le pregunta Unamuno. Don Santiago, después de un minuto de reflexión: “Don Miguel páseme otra gamba”.

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«Leo que el Ayuntamiento acaba de aprobar la construcción de un gran planetario en Málaga y que el académico Alberto J. Castro Tirado ha tenido mucho que ver en ello.»

Publicado el miércoles 3 de junio de 2020

5ª PARTE

45

Quien quiera decir algo importante en tan sólo cuatro líneas estará haciendo un flaco favor a la verdad y a la inteligencia. En esta ocasión apenas si he conseguido llegar a tres. Así que ya saben.

46

Admiro a las personas capaces de decir lo que quieren en tres palabras. No es desgraciadamente mi caso. Por eso me he impuesto esta disciplina diaria. A ver si aprendo. ¿Pero no habíamos quedado arriba en lo contrario? Así es la vida.

47

Algunos lo único que poseen es la palabra. Quitársela es una forma de muerte civil. Hablemos pues, aunque el ruido de las tonterías mutuas convierta el espacio público en una torre de Babel. Antes muertos que callados. ¡Qué alguien le ponga música!

48

Hablar por hablar no es, necesariamente, hablar sin fundamento sino simplemente hablar. Un lujo y un arte que les está vedado a los que padecen de «gravemanía», una seria enfermedad del Verbo, que sólo se cura hablando por hablar.

49

El término “personas humanas”, tan usado, parece redundante pero no lo es. Implica que hay algunos humanos que no son personas o la inversa. Supongo que quienes lo utilizan lo tendrán claro. Durante la pandemia ha habido personas que han muerto inhumanamente. Tal vez se refieran a eso.

50

La etología es una disciplina admirable. La etología comparada más aun. Con frecuencia creemos encontrar en los animales comportamientos que justifican los nuestros. En las relaciones amorosas, por ejemplo. Algunos animales se aparean en segundos y otros tras cortejos dignos de un manual de buenas maneras eróticas. Así con todo. Podemos escoger según nuestras particulares aficiones.  Estudiando los rituales de los animales es posible que podamos aprender algo…, de los animales. No es poco. Desde la ventana de mi casa estos meses he aprendido mucho de los gorriones, de las tórtolas, de los mirlos, de las golondrinas, de los vencejos, de una culebra, un zorro, un cochino y varias lagartijas. Pero  personas humanas he visto pocas. Y las que he visto eran virtuales. Es decir no humanas.

51

La tesis creacionista de que Dios creó al hombre a su imagen y semejanza no deja muy bien parado a Dios. ¿Y si fuera al revés? Demasiado para un confinado. Como todo el mundo sabe, Vicente Aleixandre ganó el premio Nobel de Literatura sin salir de su casa de la calle Velintonia en Madrid donde recibió a varias generaciones de poetas con una manta en las rodillas. No necesitó mucho del mundo Vicente Alexandre.

52

Desde el otro lado de la estrecha calle que  separa nuestras casas, el vecino me presenta a su hermano. Ha ido a conocer a su sobrina nacida durante el confinamiento. Sin más preámbulos pasa a despotricar del gobierno. Son unos asesinos, dice, y sigue. Sus argumentos son los mismos de los vídeos que diariamente entran en mi móvil. También el tono de su voz. Le observo con curiosidad de entomólogo.

53

Nacimiento en Belén. El niño en la cuna. María mira con  cariño  y preocupación al pequeño Jesús. De pronto se vuelve e  interroga  a José que está a su lado: “¿De verdad crees que si le  cambiamos  el  nombre vamos a impedir que le crucifiquen?” (contado por  F.  Fernández Buey q.e.p.d.).

54

En un periódico de Sevilla entrevistan a una de mis numerosas sobrinas. Ella es médico. En su servicio han conseguido con éxito durante la pandemia desarrollar la atención digital de los pacientes diabéticos. La felicito. En la foto de la información aparece acompañada de la plantilla del servicio de endocrinología y nutrición del hospital de Valme donde trabaja. Solo la reconozco a ella. “Los viejos analógicos hemos muerto”, le escribo. “Vivan los nuevos endocrinos tecno-digitales”. “No te creas tío Federico”, me contesta, “soy (somos) mas analógicos de lo que crees”. Y yo rectifico sin ningún pesar. No me cabe duda, solo hay que ver la cantidad de médicos y enfermeras enfermos o muertos durante la pandemia. ¡Por analógicos!

55

Me llama Teodoro León Gross para entrevistarme en su programa de Canal Sur. Unos minutos antes, por whatsapp me pregunta si me parece bien que hablemos del papel de la descapitalización de profesionales del sistema sanitario en la evolución de la  crisis de la Covid-19. “Ya sabes que fui muy crítico con las jubilaciones obligatorias”, le contesto, “pero en este momento estoy muy gratamente sorprendido de como estas nuevas generaciones de médicos, en la que tan poca confianza tenía, educados en el confort de una época en la que se encontraron todo hecho, han sido capaces de sacar lo mejor del genio hipocrático y jugarse el tipo. Reconozco que fui injusto con ellos y el darme la oportunidad de rectificar es el mejor regalo que me ha dado esta crisis”.

56

En diciembre del año pasado los profetas anunciaban la paruxía de un hombre nuevo. Un hombre transhumano. Hoy estos mismos profetas se conforman con una nueva normalidad. La fiesta se acabó. Soñaron con la inmortalidad y ahora sueñan con una vacuna.

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«Desde la ventana de mi casa, durante estos meses, he aprendido mucho de los gorriones, de las tórtolas, de los mirlos, de las golondrinas, de los vencejos, de una culebra, un zorro, un cochino y varias lagartijas.»

Publicado el miércoles 3 de junio de 2020

6ª PARTE

57

Qué frustrante debe ser para los xenófobos europeos ver que un PIGS de mierda, con un gobierno de mierda, es capaz de ajustar la pandemia de una sociedad de mierda a una distribución de Gompertz asimétrica. La derrota tiene pocos amigos pero la victoria muchos. La evolución de la pandemia se ha ajustado con un alto grado de confianza a las predicciones y recomendaciones de los científicos españoles. ¡Incredíble!

58

Lo dice todo el mundo. Lo único verdaderamente humano es la palabra. Solo los (muy) animales faltan a ella. Pero,¿seguro que es así? No es lo mismo mentir que no decir la verdad. Se puede no decir la verdad, fingiendo. Los robots no fingen. Tampoco se ríen de sí mismos. El verdadero test de Turing es el humor. Por eso todos los bots que inundan estos días las redes son fáciles de distinguir. Son demasiado serios. Demasiado literales. Demasiados dramáticos. Son digitales no analógicos. Son, en fin, poco humanos.

59

Le preguntan a una joven china que habla un fluido y simpatiquísimo español, la razón por la que en China la gente ha aceptado las mascarillas. Con una sonrisa cómplice y con increíble rapidez contesta: “nosotros no tenemos esa cara en 3D vuestra, ni esa nariz tan grande y tan molesta. ¡Serviría muy bien de perchero!” Típico humor chino, ya saben.

60

Noticia de periodismo científico: «Descubierta la hormona del amor«. A los endocrinólogos no nos sorprende. Sabemos ya desde Marañón, que el amor es la glándula más grande e importante del cuerpo. El problema es que no sabemos dónde se ubica. Pero eso lo dejamos en manos de los periodistas. Seguro que encuentran a algún científico que tiene la respuesta.

61

Mi credo. Un sólo mandamiento os dejo: que os améis los unos a los otros incluso como si Yo no hubiera nacido y muerto. Incluso aunque Yo no os hubiese amado. Incluso aunque yo no sea YO.

62

Cuando morimos nada queda de lo que fuimos al nacer. Nos renovamos físicamente cada poco tiempo. Sin embargo las ideas, los miedos, las obsesiones, permanecen. Las ideas necesitan un soporte para sobrevivir, pero no son el soporte. Les ocurre igual que a los virus. No es extraño que durante mucho tiempo se considerase al cuerpo y al espíritu como dos cosas distintas. Hoy la mayor parte de los científicos son monistas pero ni las mentes más lógicas se han librado de la tentación del dualismo. Que se lo pregunten a Popper por ejemplo.

63

No es lo mismo tener fe que tener confianza. La confianza se puede medir, la fe no. Por eso los creyentes tienen fe y los científicos, confianza. La confianza de los científicos se mide en intervalos.

64

Pascal dejo dicho que todas las desgracias del hombre se derivan del hecho de no ser capaz de estar tranquilamente sentado y solo en una habitación. Disparar al mensajero se ha convertido en el deporte nacional. Cualquiera dice hoy que, junto a numerosos errores diarios, la dirección de la flecha ha sido la correcta. No seré yo el que lo diga. Yo estoy jubilado y los jubilados no nos metemos en política. Divide a las familias, es malo para la tensión, y agria el carácter.

65

¿Deberían darse a conocer los miembros del comité asesor científico del gobierno para la pandemia? Remito un interesante artículo sobre esta cuestión al chat de la Academia Malagueña de Ciencias. Un distinguido colega, al que admiro por muchas razones, llama la atención sobre la inconveniencia de hablar de política en el chat de los académicos. Lleva razón en aconsejar prudencia a la hora de mezclar la política con la ciencia. He releído recientemente a Max Weber y no he encontrado en él ningún consuelo sobre este asunto. Ojala tuviera tan claro dónde termina la ciencia y comienza la política. Algunos epidemiólogos catalanes en nombre de la ciencia han tomado partido apoyando las tesis confinatorias propugnadas por el señor Torra. ¿No deberíamos hablar de ello como un contraejemplo sobre la independencia entre la ciencia y la política? Aun así le reconozco a mi amigo su autoridad en la interpretación de los estatutos y le agradezco el buen consejo.

66

Sed modestos: yo os aconsejo la modestia,….” Así hablaba Mairena a sus discípulos. Y añadía con ironía: “¿Comprendéis ahora por qué los grandes hombres solemos ser modestos?” El problema de muchos científicos y de la mayoría de los políticos es que no han leído a Machado.

67

Contra toda evidencia la afirmación: “en Abril tendrá lugar la Feria de Abril”, apenas informa de nada. La teoría matemática de la información demuestra que un suceso contiene más potencial informativo cuanto más improbable. Lo rutinario, lo obvio es lo más cercano al cero absoluto de la información. Lo verdaderamente informativo hubiera sido que en Abril de 2019, alguien predijera que en 2020 no habría Feria de abril. Y mucho más si hubiera añadido: “por estar el mundo entero confinado”.

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«Lo verdaderamente informativo hubiera sido que en Abril de 2019, alguien predijera que en 2020 no habría Feria de abril. Y mucho más si hubiera añadido: por estar el mundo entero confinado.»

Publicado el sábado 6 de junio de 2020

7ª PARTE

68

La vida humana no tiene precio sino dignidad” (A. Cortina). Cierto. A no ser que la moneda de cambio sea la entropía. La segunda ley no entiende de dignidad. Pagamos por vivir, un alto precio entrópico. El fin del mundo vendrá precedido de un atracón de energía. Como las buenas cenas.

69

O cuando se junten las cuatro estaciones según frase premonitoria pronunciada hace un siglo por una anciana, paciente de mi abuelo, médico de Cabra en la primera parte del siglo XX. “Don Carlos, ¿qué voy a hacer yo cuando usted se muera?”, le decía la nonagenaria a mi abuelo que entonces tendría 50. Lo contaba en las sobremesas, ya septuagenario, muerto de risa. Eso es la esperanza la única capaz de detener, aunque sea imaginariamente, a la segunda ley.

70

Durante años nos tratamos asiduamente. Ahora le evito, aunque mi aprecio sigue intacto. En las tertulias cada vez que yo decía algo sobre esto o aquello, contestaba: «¡Terencio!, ¡Horacio!, ¡Platón!, ¡Seneca!, ¡Ovidio! ….«. Conocía a los clásicos al dedillo y no toleraba el plagio. Terminé harto y con la moral por los suelos. Un día, exasperado, le dije. “¿Sabes lo que te digo?: pues que me c… en Terencio”. No debí hacerlo. Aun así, todavía lo evito. Lo malo es que siempre llevaba razón.

71

La fe es un don de Dios para quien tiene el alma propicia. El creyente vive su fe como un regalo, pues hacerlo como un privilegio o como un éxito personal, sería un ejercicio de soberbia, el peor de los pecados, incompatible con su fe. El creyente sólo puede ser bondadoso y apostólico pues es imposible que pueda guardar para él solo la buena nueva. Tal es su dicha. El celo apostólico es la medida de la fe. Al buen creyente los incrédulos le ven venir desde lejos. En estas fechas apocalípticas los creyentes rezan por los no creyentes. Lo que es muy de agradecer.

72

La nueva trinidad la constituyen los medios de comunicación, la opinión pública y los jueces. El nuevo hombre público vive inquieto ante el juez, angustiado ante los medios de comunicación y obsesionado por los sondeos y las redes. Alain Minc llamó a esto, en 1995, la borrachera democrática. Desde entonces las cosas no han hecho sino empeorar. La Covid-19 no ha cambiado nada esta vieja historia, al contrario.

73

Mi patio tiene de largo 33 losetas grandes más la huella de las juntas. Unos 20 pasos. En un minuto ando 5 patios. ¿Cuánto he andado desde que estamos confinados? Después de sesudos cálculos llegó a la conclusión de unos 450 kilómetros. Miro el móvil y me confirma los resultados. Gracias móvil. ¿Son muchos, son pocos, son suficientes? Esas no son las preguntas correctas. ¿No? Vagar por las calles, callejear sin rumbo y sin objetivo, abierto a todas las vicisitudes y las impresiones que salen al paso. En fin, eso que los franceses llaman Fläneur. Esa es la respuesta adecuada. Si las profecías apocalípticas sobre el confinamiento perpetuo se cumplen, tengo tiempo aun para darle la vuelta al mundo sin salir de casa. Al menos espero que me dejen salir a comprar media docena de zapatillas.

74

Entrar en la base de datos del Ministerio o de la OMS. Capturar la información. Pasarla a una hoja Excell u otro soporte de cálculo. Importarla a un paquete estadístico. Hacerle preguntas inteligentes a la BD. Publicarlo en un blog local. Eso es lo que han hecho el jubilado que suscribe y otros jubilados como Don Juan Corominas Massip, ingeniero agrónomo. Los dos hemos llegado a las mismas conclusiones que el Ministerio o que la OMS. O parecidas. Dos viejos analógicos unidos digitalmente con el mundo. Acojonante.

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Un amigo botánico me dice: “a los viejos analógicos os pasa como a los árboles viejos. Dan sus mejores frutas antes de morir”. “¿Me tengo que reír?”, le digo a mi botánico amigo.

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“Eres sucia-o, maleducado-a, petulante-a, egoista-a… y sin embargo te quiero”. Amar sólo por las virtudes del otro-a puede ser amor, pero no tiene demasiado mérito. ¿Cómo sabemos que no es interés? Si después de tres meses encerrados no habéis conseguido una respuesta clara, malo.

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La precisión, como la verdad, es un noble objetivo que puede terminar siendo una obsesión. Seamos claros antes que precisos. Que ya lo dijo Italo Calvino en sus “seis propuestas para el próximo milenio”: Levedad, Rapidez, Exactitud, Visibilidad, Multiplicidad, Consistencia. En ningún momento Italo, el gran Italo, habló para nada de lo que nos esperaba en el próximo milenio. De escribirlas hoy hubiese añadido: “y, Paciencia mucha Paciencia”.

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Las cosas son como son y a eso llamamos realidad. Pero las cosas deben ser de una manera determinada. A esto le llamamos ética. ¿Es suficiente? No, no es suficiente. Las cosas tienen, además, que ser de una forma determinada y es a esta exigencia a lo que llamamos responsabilidad, compromiso, vocación… Cuando termino el discurso mi amigo, el amigo de Platón y demás clásicos, permanece callado. No acierta a encontrar una respuesta. No sabe por quién hablo. Mi amigo se quedó en Terencio. Aguanto las ganas de vengarme y para su desesperación me reservo mis fuentes.

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“Mens sana in corpore sana”. En los últimos tiempos, el dicho ha cambiado de signo y la salud del cuerpo se ha convertido en el principal objetivo, si no el único. La gente gasta más en gimnasios que en libros. He aquí mi recomendación. “Un tiempo para la imaginación, un tiempo para el método, un tiempo para la acción”. La sabiduría consiste en mezclarlos en la adecuada proporción. En resumen: menos trabajo y más reflexión. Más librerías y menos gimnasios (Nunca estuvo está pintada en las paredes de Barkley. Entonces no era necesaria).

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No hay nada más importante que la salud, se solía decir. Pero yo nunca defendí tal cosa. Ni como médico ni como ciudadano he creído que la salud estuviera por encima de cualquier otra consideración. Me parecía una tesis enfermiza y egoísta. ¿Podemos seguir pensando igual ahora después de la pandemia?

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«Mi patio tiene de largo 33 losetas grandes más la huella de las juntas. Unos 20 pasos. En un minuto ando 5 patios. ¿Cuánto he andado desde que estamos confinados? … Al menos espero que me dejen salir a comprar media docena de zapatillas.»

Publicado el sábado 6 de junio de 2020

8ª PARTE

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Hay hombres (científicos generalmente) que creen que pueden descubrir una teoría unificada del universo, el origen de la vida, el gen de la libertad. Cosas así. Son gente admirable que con su audacia intelectual sin límites, su atrevimiento a pensar lo impensable, su pedantería intelectual, su arrogancia, su desprecio por lo convencional, permiten al hombre ir desescombrando los confines de su ignorancia. El problema surge cuando, además, estos hombres quieren hacer política. Regir los destinos del común exige menos inteligencia pero tal vez más sabiduría y desde luego grandes dosis de modestia. En fin, hablando en plata, como se suele decir: en política los experimentos con gaseosa.

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Cuando escribí el libro “Si Don Santiago levantara la cabeza. La lógica científica contada en 101 historias nada científicas”, coleccioné las definiciones de ciencia que me fui encontrando en la búsqueda de referencias para el libro. Es sorprendente su número. Escojo dos. “Ciencia es lo que dicen los científicos que es. Eso es la ciencia” (Ni con la navaja de Okan se consigue tal proeza). Y otra debida a un prestigioso psicoanalista: “La ciencia no ha sido otra cosa que el tiempo que le llevó al ser parlante hacer coincidir la estructura significante con las exigencias de la pulsión”. Mucho más claro ahora. Me acuerdo de una tercera bien cortita: “la ciencia es la única pasión fría”. Me quedo con esta.

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Cajal sí que supo lo que era la ciencia. Cajal fue un científico y, además, catedrático de Universidad. Se decía antes que en la universidad española solo se podía ser o catedrático o bedel. La ruptura ente Cajal y Río Hortega, dos de los mayores científicos de la historia, se debió en parte a un bedel alcahuete. Lean si no “El Maestro y yo”, escrito en el exilio argentino por Río Hortega. Si no lo encuentran o no tienen tiempo para hacerlo, con un poco de paciencia esta historia se podrá leer pronto en este mismo blog. Es una triste historia.

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Cuando un médico analógico se enfrenta a un enfermo digital el médico resuelve la papeleta recetando una pastilla. Cuando un medico digital se enfrenta a un enfermo analógico, el médico suele terminar en el juzgado de guardia. Cuando un medico analógico se encuentra con un enfermo analógico terminan siendo amigos. Cuando un médico digital se encuentra con un enfermo digital los dos terminan jugando a las maquinitas.

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Leer es cuestionar lo evidente, interrogar lo establecido. Entrar en una librería es querer rodearse de quienes tantas cosas tienen que decir para mantenernos dignamente humanos. Por eso, el primer día del des-confinamiento en el que  reabrieron las librerías era una fiesta”. Gracias Mónica Zgustova. Después de leerte yo solo puedo decir amén.

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Paro, pobreza, colegios cerrados, colas en los comedores de Caridad y un futuro incierto. Pero para Canal Sur los únicos problemas que parecen preocuparle a la gente son los chiringuitos y la playa. ¡La fiesta tiene que continuar!

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Leo en el blog “El Garrotín”: “Ahora no se trata de escoger entre salud o economía, sino de pensar si ha llegado el momento de sustituir el capitalismo liberal por un capitalismo social”. Si es que tal cosa existe, añado yo por mi cuenta. Para ser más precisos: “si hay que rescatar lo que el liberalismo se llevó: la enseñanza, la sanidad, el agua, la justicia, la energía o dejar que siga en manos de los mercaderes. Y es aquí donde los intelectuales deberían hacer algo más que predicar”, dice el bloguero. Para mí que los intelectuales no están dispuestos a ensuciarse las manos con la realidad. Que están más atentos a la libertad que a la justicia. Que confunden la gimnasia con la magnesia, como se suele decir.

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Cuando un paciente le contesta al médico: “… y si fuera su hijo ¿Vd. que haría?”, está poniendo el dedo en la llaga, pero también está corriendo un riesgo innecesario. Cree que el médico comparte sus mismos valores ante el dolor, la enfermedad, la vida y la muerte.

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Hay personas que son capaces de percibir hasta las más pequeñas diferencias entre los pueblos. Desgraciadamente carezco de esta sensibilidad y a duras penas consigo distinguir, incluso, las grandes.

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La cultura os hará libres. Os hará mejores. La confianza en la capacidad liberadora de la cultura es un lugar común de cualquier hombre de bien. Pero algunos hombres ilustrados son perversos. Y estas excepciones lejos de confirmar la regla pone en cuestión la hipótesis salvadora de la cultura. Hoy mismo leo un artículo sobre la pandemia, en un periódico de difusión nacional que ratifica lo dicho. Qué difícil es encontrar motivos para la esperanza.

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Lo razonable es creer que como cualquier otro ser vivo el humano también está sometido a las leyes de la evolución. Pero la asincrónica entre la evolución biológica y las creencias es una fuente inagotable de conflictos. Y no parece que esto tenga ningún arreglo.

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Hay verdades bien establecidas, como que la suma de los tres ángulos de un triángulo suma 180 grados. En esta época de incertidumbre, saber de la existencia de estas verdades sencillas, conocerlas y aceptarlas proporciona una gran tranquilidad de espíritu.

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«Cajal sí que supo lo que era la ciencia. Cajal fue un científico y, además, catedrático de Universidad. Se decía antes que en la universidad española solo se podía ser o catedrático o bedel.»

Publicado el miércoles 10 de junio de 2020

9ª PARTE

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El único testimonio que tenemos de la existencia de Dios somos nosotros mismos. Antes de que los humanos se hicieran esta pregunta no existía tal problema. Es un acto de fe el creer que el mundo celestial que nos tiene preparado será de mejor calidad que el mundo terrenal, que por cierto también es obra Suya. A no ser, claro, que creamos que vamos a tener en la eternidad un trato de favor. Los hombres de fe confían más en Dios que en el mundo. El coronavirus les ha cargado de razones por muchos años. Y yo no tengo nada nuevo que decir a este respecto.

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Los humanos no hubiéramos tenido alma si no hubiera sido por el fuego y por la cocina que nos dieron el último empujón hacia nuestra condición de humanos. Ese momento en el que el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros. Han pasado muchos milenios desde entonces. Hoy comer con placer es una forma de sabiduría, por placer es una ordinariez o un lujo (que es lo mismo)  y comer por comer es un pecado que en el viejo catecismo llamaban gula, ese apetito desordenado por comer y beber, del que muy pocos se confiesan. Si mal no recuerdo. Un pecado del que así que nos desconfinemos, según leo en los periódicos, muchos van a tener que arrepentirse.

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Reconózcanme el mérito: Cuando aun trabajaba (es un decir) me leí dos de los tres monumentales tomos  de “La era de la información”, sobre  la sociedad red, del actual ministro de educación. Hoy el señor Castell, el  gran teórico discípulo de Alan Tourains, nacido en Albacete, lo que no le ha impedido ser un nacionalista-internacionalista (sic) catalán, quiere rebajar los estudios de matemáticas en el currículum escolar. Recuerdo que en el prólogo de su magna obra contaba que la proeza de escribir los tres tomos le había costado una enfermedad. Le creo. De la que aún no se ha recuperado, añado yo aquí, con desparpajo y por mi cuenta.

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Tras pasar a la fase I, salgo por primera vez a solucionar en el centro un asunto menor. Málaga parece toda ella un quirófano. Como es natural guardo la distancia social a la que nos vemos obligados. A mí no me cuesta ningún trabajo pues siempre me gustó el uso del usted. Ahora lo uso para todo el mundo. Ya era hora de abandonar este tuteo indiscriminado que nos colocaba a todos a la misma distancia. De que volvieran las buenas costumbres. Pero cuando le hablé de usted a mi nieto y le coloqué el don delante, me miró como si su abuelo hubiera perdido la cabeza durante el confinamiento. Hasta ayer era la única forma que conocía de guardar de manera civilizada la distancia social.

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Me llega un video anónimo proponiendo la candidatura de la Sanidad Pública al Premio Princesa de Asturias. “Pásalo”, dicen en el texto. Me parece una buena idea y lo paso. Enseguida recibo respuestas de mis habituales contertulios virtuales, aplaudiendo. Inesperadamente hay dos, viejos y buenos amigos, que como única respuesta se enzarzan en insultos a este gobierno asesino.

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Un tercero, más indignado aún, me responde citando al Juan de Mairena: “¿Y la verdad, qué? ¡La verdad es la verdad lo diga Agamenón o su porquero!”. Y yo le digo, “depende”, y él me dice “¿de qué depende?”. Por un momento me vengo arriba y me entran ganas de seguir con Jarabe de Palo (“… de según como se mire, todo depende”),  pero por respeto a mi interlocutor, me calmo y me pongo serio. Depende de que seas marxista, liberal o físico cuántico. Le digo engolado. Si sigues leyendo a Mairena, cosa que casi nadie hace, veras que el porquero sin pensarlo dos veces, responde: “no estoy de acuerdo”. No, no podía estarlo, los cerdos no eran suyos sino de Agamenón, él mismo era de Agamenón, y su posición en la discusión era subordinada al amo. No, definitivamente la verdad no era la misma para Agamenón o su porquero. Parece muy humano  (esta es la interpretación marxista). Pero existir, la verdad existe. La verdad es una búsqueda perpetua y depende de la libertad de cada cual el encontrarla (esta es la interpretación liberal). Pero, la pregunta: ¿existe tal cosa como la verdad?, ¿es una pregunta lógica? La verdad es indemostrable, solo podemos ir descartando lo que no es verdad. De la verdad solo podemos conocer su imagen reflejada en el espejo del observador (interpretación científica). ¿Convencí a mi interlocutor? No, el solo quería que le diera la razón.

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“¿Qué prefieres ser, un Sócrates insatisfecho o un cerdo (necio) satisfecho?”, se preguntaba J.S. Mill. Es la típica pregunta trampa de un filósofo. Hasta ayer mismo lo tenía muy claro pero después de la experiencia del des-confinamiento no estoy seguro. En los Baños del Carmen guardando las distancias de seguridad, intentando tomarme una caña, sin saber qué hacer con la mascarilla. Sinceramente, me sentí un imbécil. Ahora ya descofinado no sé qué hacer ni que decir y hablo por hablar. En realidad, no estoy seguro de nada. En esto me parezco a Fernando Simón.

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Un poeta andaluz ha llegado a la siguiente conclusión: el 90 % de la producción editorial hecha en Andalucía es hagiógrafa o es mariana. ¡No será verdad!

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Se levantaba a las 12 de la mañana y  se sentaba en la única mesa de la  taberna El Tuta, escondido tras una columna de  la plaza octogonal,  al lado de su casa. Esa fue la vida de Vicente Nuñez, un poeta  andaluz que nació en Aguilar de la Frontera, estudió en el Instituto Aguilar y Eslava de Cabra y vivió y murió en su pueblo.  “No he trabajado en mi vida”, dijo en una entrevista. “Tenemos  el  don de no hacer nada y llamarle a  eso  trabajo”, añadió. Se refería a los andaluces.  Se reía de su sombra. También dijo lo del cachito anterior.

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En los 60 queríamos ser felices, en los 80 ricos, en los 90 sanos, en el 2000, felices, ricos y sanos. Hoy nos conformamos con no llevar mascarilla.

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La verdad  no es un asunto de la ciencia. Si acaso de la teología. El objetivo de la ciencia es la medida del error. Algunos científicos lo ignoran y entonces se convierten en teólogos.  Esta epidemia nos ha enseñado muchas cosas. Una de ellas que  las personas que no soportan la incertidumbre pueden llegar  a ser insoportables.  Otra,  que la resignación no es solo una virtud cristiana. La tercera, que no hay empeño mayor que el de intentar adjudicar valores numéricos a la incertidumbre transformándola en riesgo. Lo dijo mejor Pauling  ante una propuesta de un científico: “Ni siquiera es falso”.  Pauling fue un científico genial al que le dieron dos Premios Nobel, el de Química y el de la Paz. Pauling además de sus grandes aportaciones a la ciencia es el padre de la “medicina ortomolecular” y ha pasado a la historia como el  tonto de la Vitamina C. Nadie es perfecto.

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«En los Baños del Carmen, guardando las distancias de seguridad, intentando tomarme una caña, sin saber qué hacer con la mascarilla. Sinceramente, me sentí un imbécil».

Publicado el miércoles 10 de junio de 2020

10ª PARTE

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Occidente sería otro si Dios en vez de tener un hijo hubiera tenido una hija. ¿Y esto que tiene que ver con el confinamiento? Pues nada, no tiene nada que ver, forma parte de esta manía de los ateos de estar siempre hablando de Dios. Rebobino. Los gobiernos de los países que mejor parados han salido de la pandemia están gobernados por mujeres. No ha ocurrido igual en España con Madrid y con Barcelona, vaya por Dios.

105

Todos tenemos una opinión sobre la Covid-19. De epidemiología aunque no seas epidemiólogo, de virología aunque no seas virólogo, de genética aunque no seas genetista o del diagnóstico y tratamiento del Covid-19 aunque no seas médico. Son opiniones políticas disfrazadas de técnicas. Lo que no sé es mucho más de lo que sé, pero me lo imagino. Así somos los humanos. “Piensa mal y acertarás”, dice el viejo refrán. Lo contrario también debería ser cierto pero desde el punto de vista de la teoría de la información reduce menos la incertidumbre. Es más entrópica diría un cibernetista. Pensar bien o mal suelen ser entidades carentes de base empírica alguna. Además de categorías morales son superestructuras ideológicas al servicio de la praxis política. (He dicho).

106

La sobreexposición a noticias sobre la pandemia es tan intensa y continuada que a veces entran ganas de tirar el televisor por la ventana. “Esto me lleva a preguntarte -me dice un amigo que ha hecho una extraña asociación de ideas entre tirar el televisor por la ventana y el suicidio-, ¿han  aumentado los suicidios durante el confinamiento?”. Robar es un delito que se castiga por la ley. Ayudar a un robo también. Al suicida frustrado la ley no le castiga. Al que ayuda a un suicida sí. Es un poco contradictorio. Murmuro en voz alta, divagando, mientras pienso la respuesta. “No lo sé”, le digo al fin. “No tengo ni idea”. Cuelgo el teléfono y raudo intento una búsqueda en Google. No hay datos. Las estadísticas nacionales sobre esta cuestión son anuales. Habrá que esperar un año para saberlo. La pregunta es importante. El año pasado se suicidaron 3.600 personas (casi 10 cada día), el doble que las defunciones por accidentes de tráfico. Camus en la primera página del Mito de Sísifo dice: “No hay más que un problema filosófico verdaderamente serio, y ese es el suicidio”. Como todo el mundo sabe Camus escribió una obra memorable: “La Peste” y murió en un accidente de coche. Las casualidades no existen. Llamo a mi amigo y le recomiendo que lea a Camus.

107

Todos, psicólogos, filósofos, antropólogos coinciden. La humanidad se ha dejado confinar porque tiene miedo a morirse. Entre la salud y la libertad han optado por la salud. Los animales también tienen miedo a la muerte, pero no piensan en ella. Tenemos conciencia de la muerte porque tenemos conciencia de la vida. Y esta doble y contradictoria propiedad dentro del mismo cuerpo es un ejemplo más de las chapuzas de la evolución.

108

No tengo prisa porque se me dé la razón: prisa sólo tiene el enfermo y el ambicioso”. Cuenta Julián Marías que le dijo Ortega. “La velocidad es una cosa que tiene una enfermedad que se llama prisa”, dijo Marañón en un momento de poca inspiración. Si no nos mata la Covid-19 nos mataran las prisas. El movimiento slow comenzó cuando, en protesta por la apertura de una tienda de McDonald’s en la Piazza di Spagna (Roma), se creó la organización Slow Food. Vivir despacio, comer despacio, pensar despacio. Desacelerar la creatividad por un tiempo. ¿Y no es esto lo más parecido a un confinamiento? Lo dijo mejor Joseph Pla: “La vida es una cosa complicada y difícil, imposible de describir, que consiste en ir tirando”.

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Cuenta la leyenda que, en los años treinta del pasado siglo, al construirse el hotel Moscú en el centro de la capital, a Stalin le presentaron dos variantes distintas de la fachada. El dirigente de la URSS que estaba en otras cosas, extendió su firma en las dos, para desmayo de los responsables del edificio que, temerosos de las iras del líder, no se atrevieron a preguntarle cuál de las dos fachadas quería, así que construyeron media según uno de los bosquejos y media según el otro. Esta historia me ha recordado algunas de las decisiones de la Carrera de San Jerónimo.

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Un nuevo fantasma recorre España. El día 2 de mayo, con IFEMA aún abierto, algunos líderes, evocaban con nostalgia las hazañas del pueblo de Madrid contra los franceses. Aprovechaban la efemérides para reclamar dinero y respeto a la identidad madrileña. Se quejaban, en fin, del maltrato del gobierno de Madrid a Madrid (el corrector ha intentado borrar la repetición pero no lo he dejado). En sueños, esa noche, les oía reclamar a gritos el derecho de autodeterminación del pueblo de Madrid. En ese mismo sueño un andaluz del silencio, susurraba a mi oído: “Federico, ¡despierta, despierta! Nos están robando la patente del lamento y la queja”. (Nota bene: Disculpen no he podido evitar esta distopia).

111

A medida que leo sobre la pandemia, a medida que veo más videos sobre el coronavirus, mi confusión aumenta. Enarbolando banderas preconstitucionales, neonazis pijos y skeenhead que no pasarían un detector de metales, piden libertad. Lo más granado de Podemos despotricando contra los escraches. Científicos que abonan la teoría de la conspiración. Recomendaciones apocalípticas sobre la inmunidad de rebaño. Lideres irresponsables que recuerdan la vieja profecía: “Desfila el carnero macho, ufano, con paso firme, al frente del rebaño, camino del matadero”. Envejecer es sentarte y esperar a que la estupidez humana pase por la puerta de tu casa. Hemos olvidado que la cabeza no la hizo el Señor para embestir. ¡¡¡ELOI, ELOI, LAMA SABACTANI!!!

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«La sobreexposición a noticias sobre la pandemia es tan intensa y continuada que a veces entran ganas de tirar el televisor por la ventana.»

Publicado el sábado 13 de junio de 2020

 

 

 

 

Un comentario en “CACHITOS DESCONFINADOS

  1. Siempre es un mérito entender parte de lo que nos rodea pero enmarcarlo en la evolución del hombre y el medio es una conquista de la inteligencia. Gracias Federico.

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