LA RELATIVIDAD DEL TIEMPO Y LA INFORMÁTICA

Susana Blázquez Diéguez*

Academia Malagueña de Ciencias

¿Cómo define el diccionario de la RAE la palabra “momento”? En su primera acepción “Porción de tiempo muy breve” es la que nos viene a la memoria en primer lugar. Quizás cuando terminemos de leer este artículo preferiremos la segunda acepción: “Lapso de tiempo más o menos largo que se singulariza por cualquier circunstancia”.

Hoy día, en el que constantemente repetimos que nos falta el tiempo, sentimos que las “máquinas” nos hacen “perderlo”. Tanto los ordenadores como los Smartphones reciben con frecuencia actualizaciones de las aplicaciones o del Sistema Operativo, bien sea por problemas de ciberseguridad o por mejoras en las prestaciones. Esta circunstancia hace que los dispositivos nos pidan permiso para instalarlas y, posteriormente, reiniciarlo. Y este es el punto al que quería llegar, pues al producirse el reinicio tras las actualizaciones el tiempo de arranque del dispositivo suele ser lento, y sobre todo no sabemos cuándo finalizará.

Cuando necesitas sacar dinero del cajero y en la pantalla lees que «están trabajando».

En las pantallas de nuestros dispositivos aparecen mensajes como: “en unos minutos…”, “estamos trabajando…”, “en un momento” y algún icono en movimiento para que veamos que está trabajando. El problema es que no sabemos la duración de esta espera, ¿menos de un minuto o son 10?, ¿qué significa “un momento o unos minutos”? ¿Cuántos? Esta incertidumbre hace que, si está en nuestras manos, pospongamos las actualizaciones, pero esta decisión puede tener consecuencias negativas, como las vulnerabilidades o su mal funcionamiento.

Cuando cocinamos con Thermomix, sí que tenemos claro los tiempos y los podemos aprovechar para otras actividades simultaneas. Pero con las actualizaciones e instalaciones informáticas hay que estar normalmente “aliquindoi” por si el programa instalador nos hace alguna pregunta, aunque sea para decir sí a todo, porque puede ocurrir que nos despistemos y el programa se haya quedado a mitad de instalación esperando alguna respuesta que no recibe. Esto mismo sucede cuando adquirimos un ordenador y al encenderlo por primera vez da la impresión que solo va a tardar un momento en estar listo, pero primero nos da amablemente la bienvenida y después ya nos aparece el mensaje “…tardará unos minutos…” y “unas rueditas dando vueltas” y aquí es donde surge la incertidumbre, ¿serán 2 o 3 minutos o más de 20 para que termine la instalación? ¿Puedo irme para hacer otras cosas mientras? Estos momentos de espera suelen ser exasperantes y frustrantes.

En los años 80 y 90, cuando instalábamos alguna aplicación o juego en el ordenador, nos quedábamos a la espera del mensaje final “successfully” cruzando los dedos para que no rompiese la instalación antes del ansiado mensaje. El usuario desconocía el tiempo necesario para completar la instalación y lo que era peor, no tenía pistas que le orientara. Por ello, los programadores incluyeron unas líneas de programación que dibujaban una barra y unos cuadraditos parpadeantes que iban apareciendo conforme la instalación progresaba. Seguíamos sin saber el tiempo, pero por la longitud de la barra y la frecuencia de aparición de los cuadraditos, estimábamos el tiempo de instalación y así hacer algo útil en la espera.

Actualmente es bastante frustrante esta indeterminación temporal. Por ejemplo, en las copias de carpetas los sistemas dan una estimación basada en el número de elementos a copiar y el tamaño de los mismos. Aunque el valor del tiempo que nos indica va variando, en ocasiones significativamente, se debe a que conforme va copiando carpetas y ficheros en función del tamaño y del número va recalculando los tiempos, aun así, tenemos una información más o menos útil.

Por lo general, las copias de seguridad del móvil o de WhatsApp y las actualizaciones se realizan en segundo plano, esto es, sin que seamos conscientes de ello y utilizando Wifi para evitar cargos por uso de datos haciéndolo en las horas del día que afecten poco al rendimiento. Pero las actualizaciones del Sistema Operativo requieren el reinicio del dispositivo con la ya comentada incertidumbre del tiempo necesario. Pero ocurre que nunca es buen momento, así que el dispositivo decide por sí mismo y se actualiza, entonces no queda más que desear que tarde poco.

Actualización «inoportuna» del sistema informático del automóvil.

Por si fuera poco, los nuevos coches vienen con un ordenador de a bordo, con una fantástica pantalla y múltiples funcionalidades y, claro, este ordenador también requiere actualizaciones, ¡y qué decir del navegador integrado! Primero hay que descargarlas a un lápiz USB y luego con el coche encendido proceder a la actualización. La del Sistema Operativo no tarda mucho, la de los mapas es otro tema, el problema es que no puedes apagar el coche durante un tiempo indeterminado. Durante la actualización de los mapas permite circular, pero con funciones de ayuda a la conducción limitadas, por ejemplo: no funciona la cámara trasera, ni la radio, ni cambiar la temperatura del climatizador, ni el navegador, lo que aparece en la pantalla es un mensaje: “Actualización: map-eur. >No cortar el contacto ni extraer la llave USB” y una barra que a ratos avanza, se para, parece que no avanza y así hasta 45 minutos. Siendo conocedora de este asunto, la última actualización de mapas que hice en mi coche la realicé en un viaje a Granada, ya que conozco el recorrido y la duración del viaje. Así, de esta manera, no perdí tiempo de espera y tenía más de una hora por delante para que finalizase.

Con estos ejemplos creo que se pone de manifiesto que un avance que los usuarios agradeceríamos enormemente es que hubiera más precisión en los tiempos necesarios para las distintas actuaciones tecnológicas, pues en la época en que tanto valoramos nuestro tiempo, la tecnología con su indeterminación nos hace sentir que lo estamos perdiendo. Ya ha sido un avance sustancial las actualizaciones en segundo plano, o en momentos de menor uso de los dispositivos, pero aún quedan bastantes procesos por mejorar.

*Susana Blázquez Diéguez es ingeniero superior en Informática y académica de mérito de la Academia Malagueña de Ciencias.

4 comentarios en “LA RELATIVIDAD DEL TIEMPO Y LA INFORMÁTICA

  1. Muchas gracias.

    La idea era compartir una sensación que tenemos los usuarios, cada vez tenemos que interactuar más con la tecnología y pienso que se podría mejorar la información de los tiempos que se requiere para actualizaciones o puesta en marcha. Es muy aburrido estar delante de un dispositivo a la espera.

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  2. Mi respeto y admiración por la Ingeniería Informática y su firme voluntad de racionalizar el tiempo, en dicotomía con la irracionalidad de los tiempos procedimentales administrativos y los tiempos procesales judiciales.

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  3. La Ingeniería Informática debe mejorar aún en la información de los tiempos que llevan algunos procedimientos. Y como objetivo una parte de la Informática debe dirigirse a la ayuda en los procedimientos administrativos y judiciales, proporcionando herramientas que les ayuden a agilizar trámites y disponibilidad de la información.

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